En la esquina de mi barrio hay una tienda que vende unas
pastillas para olvidar.
Los vecinos aseveran que su efecto prolifera pero yo no las
quise ni probar.
( Pastillitas del Olvido-Tan Biónica)
Cuando el blog empezó a ser un ruidito en mi cabeza , nunca pensé en el nombre.Un día abro el correo y me encuentro con que Lila había sido una especie de genio de la botella y me contaba que me había abierto el blog. Le agradecí, con signos de exclamación y emoticons...estaba feliz, pero sabía que era asomarme a una ventana enorme, para mirar afuera, y mirarme adentro...auch!
Después llegó el momento del nombre...hay una cuestión que viene siendo una
gastada generalizada
hacia mi persona en mi laburo, entre mis amigas y familia, y es que siempre que muchas veces, al escuchar una palabra o una frase, arranco tarareando una canción que se vincula con eso...con esa palabra,
sensación o momento.Es así...no puedo evitarlo.Por eso lo de cantar la justa apareció solito.
Y parece ser que en eso ando, buscando la verdad pero sin que duela tanto...bah, no siempre duele la
verdad, pero...muchas veces sí.Y entonces surgió también que los disparadores de los posteos iban a ser
las canciones que voy escuchando y me prenden la luz roja en la cabeza...La música y los libros marcan mucho los momentos de mi vida, pero ojo, que no estoy hablando de algo intelectual, sino de cuestiones básicamente emocionales...piel de gallina...se entiende? Y la estrofita de hoy tiene que ver con este
momento que estoy atravesando...el de sentir que no siempre está bueno olvidar, o curarse en base al
olvido...está bueno recordar, y poder seguir viviendo con esos recuerdos, tal vez alivianados, envueltos prolijamente en papelito de seda, o entre las hojas del libro que hojeamos de vez en cuando...Y bueno...eso, yo no quiero ni probar las pastillitas del olvido.